Entender al consumidor colombiano moderno se resume en una pregunta esencial: ¿dónde pone su atención y cómo gasta su dinero?
Hoy, el comportamiento de compra está determinado por una dualidad poderosa: razón económica + emoción digital. Ya no se trata solo de cuánto cuesta un producto, sino de qué valor simbólico o emocional ofrece.
En un entorno saturado de estímulos y canales, el consumidor se mueve dentro de una Economía de la Atención, donde el tiempo y el dinero se convirtieron en sus activos más disputados. Cada clic, cada segundo de visualización, cada compra o interacción con una marca es el reflejo de una decisión racional influenciada por un componente emocional.
Para las marcas, comprender esta dinámica es crucial. En un país donde el acceso a la digitalización y a los servicios financieros crece constantemente, las estrategias de marketing deben responder a dónde está mirando, sintiendo e invirtiendo el colombiano promedio.
La inversión del dinero: búsqueda de valor, confianza y educación financiera
Colombia atraviesa una etapa de transformación en su relación con el dinero.
De acuerdo con la Superintendencia Financiera de Colombia (2024), más del 91% de los adultos colombianos tiene acceso al menos a un producto financiero, siendo las cuentas de ahorro y los microseguros los más comunes. Esto representa un salto notable frente al 77% registrado en 2018, evidenciando una rápida inclusión financiera.

Sin embargo, este acceso no significa necesariamente salud financiera. Según la Banca de las Oportunidades (2024), más del 55% de los colombianos que enfrentan dificultades económicas debe recurrir a préstamos de familiares o amigos para cubrir gastos básicos.
Esto demuestra una dualidad clave: el consumidor busca gastar mejor, no gastar menos, pero aún enfrenta limitaciones en planificación y ahorro.
El estudio Deloitte Consumer Signals (2024) revela que los consumidores colombianos priorizan la relación valor-beneficio, y que el 83% valora la transparencia y la reciprocidad como factores determinantes para mantener su lealtad a una marca. Los programas de puntos, cashback o recompensas emocionales refuerzan esta percepción y pueden aumentar hasta un 20% el gasto promedio mensual de un cliente fidelizado.
El consumidor colombiano, además, está mostrando una evolución en sus hábitos financieros:
- 65% usa apps de banca móvil semanalmente.
- 47% realiza inversiones digitales o transacciones a través de billeteras electrónicas.
- 31% ha participado en algún tipo de educación financiera digital.
(Fuente: BBVA Research Colombia 2024).
Esta digitalización redefine la manera en que las marcas deben comunicar. No basta con ofrecer promociones: hay que educar, inspirar y demostrar valor. Las empresas que adoptan estrategias de Brandformance, combinando branding con performance medible, logran una mayor conexión emocional y una conversión más sólida.
La inversión del tiempo: atención, movilidad y fidelidad digital
El tiempo es el nuevo recurso premium del consumidor colombiano.
En 2024, el 44% de los usuarios de internet en Colombia accede únicamente a través de dispositivos móviles, consolidando al país como Mobile-First en Latinoamérica (We Are Social & DataReportal 2024).
Este cambio ha modificado los hábitos de consumo y las prioridades de las marcas.
Ya no basta con alcanzar audiencias; lo importante es retenerlas.
El consumidor colombiano dedica un promedio de 3 horas y 38 minutos diarios a redes sociales, siendo Facebook, Instagram, WhatsApp y TikTok las más utilizadas (Fuente: Hootsuite 2024).
El engagement se mide en minutos de atención y no solo en clics o visualizaciones.
Datos de Comscore Latam (2024) muestran que:
- Caracol retiene a los usuarios durante 18 minutos promedio por visita.
- El Tiempo Casa Editorial alcanza los 11 minutos de fidelidad.
- Plataformas emergentes como RCN Digital han crecido un 22% en tiempo promedio de sesión.
Esto sugiere que el público colombiano prefiere contenido estructurado, relevante y con propósito, especialmente aquel que mezcla información, entretenimiento y contexto social.
El consumidor emocional: atención con propósito
El comportamiento de consumo en Colombia está profundamente marcado por la emoción.
Las decisiones de gasto se ven influenciadas por sentimientos de optimismo, gratitud y pertenencia, factores que se intensifican durante temporadas estacionales como Halloween, Black Friday y Navidad.
En estudios de Kantar Insights (2024), el 78% de los consumidores afirma que prefiere marcas que les “entienden emocionalmente”. Además, el 62% está dispuesto a pagar más por productos o servicios que “los hagan sentir bien”.
Este comportamiento tiene una lectura directa para el marketing: las marcas deben invertir donde la atención y la emoción convergen. Y en ese punto es donde CNM (Consorcio Nacional de Medios) se posiciona como socio estratégico.
CNM: el aliado estratégico para inversiones precisas y emocionalmente inteligentes
Consorcio Nacional de Medios (CNM) combina tecnología, datos y creatividad para conectar marcas con las audiencias que realmente importan.
A través de herramientas de medición multiplataforma, CNM identifica cómo y dónde los consumidores invierten su tiempo y dinero, transformando esos insights en estrategias de medios inteligentes.
En un entorno donde cada segundo de atención cuenta, CNM se convierte en el aliado que ayuda a las marcas a invertir con precisión y conectar con propósito.
El consumidor colombiano digital y financiero de hoy no se mueve por impulsos aislados, sino por una combinación de confianza, emoción y propósito.
Las marcas que comprendan cómo equilibrar el tiempo y el dinero —la razón y la emoción— lograrán dominar el nuevo ecosistema del marketing en Colombia.
Invertir en atención es invertir en conexión.
Y en ese equilibrio entre datos, medios y emoción, CNM lidera el camino hacia un marketing más humano, medible y estratégico.






